II JORNADA DE CAPACITACIÓN

TALLER

CRÓNICA PERIODÍSTICA CON MARCO AVILÉS

ORGANIZA:

UNIVERSIDAD CONTINENTAL DE CIENCIAS E INGENIERÍA

GRUPO MIXTURA

FECHA:

SÁBADO 15 Y DOMINGO 16 DE MARZO, 2008

HORA:

9: 00 a.m. a 1:00 p.m. y 3:00 p.m. a 6:00 p.m.

LUGAR:

SEDE CENTRAL DE LA UNIVERSIDAD CONTINENTAL

VACANTES:

MÁXIMO 20 TALLERISTAS

VALOR DE INSCRIPCIÓN:

S/. 80.00 (OCHENTA NUEVOS SOLES)

¿QUIÉN ES MARCO AVILÉS?

- Editor General de la prestigiosa revista hispanoamericana de crónicas “Etiqueta Negra”.
- Autor del libro de crónicas periodísticas: “Día de visita: Confesiones de mujeres desde el penal Santa Mónica” (Editorial Aguilar, 2007)
- Ha publicado crónicas en revistas de América Latina y Europa.
- Ex redactor de la revista peruana Caretas.
- Ex redactor de El Comercio.

NOTA: La certificación estará a cargo de la Facultad de Ciencias y Tecnologías de la Comunicación de la Universidad Continental de Ciencias e Ingeniería.

VIDEO: ENTREVISTA A MARCO AVILÉS





INFORMES E INSCRIPCIONES:
Sede de la Universidad Continental (Real 125 - Huancayo)

o escribir a whuacasi@gmail.com
Cel. 064-9867795
Preguntar por Wilber Huacasi

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Compartimos con ustedes una crónica breve de Marco Avilés...

MamÁ AMeLia

“Yo no quería maltratarlo. De verdad, no quería maltratar al niño”

—Mi hijito tiene tres años y no tiene cuadernos para ir al colegio. Cómpreme una rifa.

Dicen que las reclusas que sufren enfermedades mentales jamás salen al patio de visita del penal Santa Mónica, pero esta mañana de verano Amelia Yunque está recorriéndolo, mesa a mesa, con una hoja de papel en la mano donde los que compran los números de esa rifa inexistente apuntan sus nombres. Amelia ha perdido varios dientes, pero está bastante arreglada: un moño corona su cabeza blanca, viste una blusa fucsia con bolas blancas y largos aretes caen hasta sus hombros. Tiene sesenta y cinco años y dice que tiene un hijo de tres años.

Luego me cuenta que está tratando de descifrar un sueño. En el sueño, ella está abrazando a un niño que le dice: mamá, sácame de aquí. Pero ahora se pone nerviosa y estruja su lista de la rifa.

—Me están escuchando, joven. No puedo contarle nada.

Le ofrezco mi libreta de apuntes. Su caligrafía parece la de una niña de primaria: “Por favor, joven, tenga cuidado porque todos son buitres. Son los que matan para tapar sus hazañas. Son del Ejército y la Policía. Extraño a mis hijos, mis hermanos y a mi madre. Son diez años que estoy en este asqueroso penal, que es la última rueda del coche. Yo no debo de hablar con nadie y mis palabras caen en saco roto. Que Dios te ilumine. Cuídate. Reza mucho por mí porque estoy amenazada de muerte”.

Antes de marcharse, asustada, susurra algo:

—Yo no quería maltratarlo. De verdad no quería maltratar al niño.

A las reclusas que sufren enfermedades mentales, algunas de sus compañeras las conocen como “las fantasmas”. Amelia cruza el umbral que separa el patio de los pabellones de celadas y desaparece de mi vista.

Tomado de: “DÍA DE VISITA: Confesiones de mujeres desde el penal Santa Mónica”, Marco Avilés. (Aguilar, 2007)

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